El salón de tu casa es uno de los espacios de tu casa que más te define, lo que ven los invitados cuando visitan tu casa y la estancia de tu casa en la que más tiempo pasáis tú y tu familia. Pero, ¿qué estilo quieres para tu salón? Tal vez te gusta la sencillez de lo nórdico o lo minimalista, o prefieres un ambiente más tradicional, como el clásico. Sea cual sea, lo importantes que a ti te guste y te sientas cómoda en el espacio. Para inspirarte, hemos seleccionado 10 estilo de salón para que te inspires si reformas tu casa o la redecoras. 

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El estilo más contemporáneo es uno de los preferidos. Caracterizado por la sencillez de sus líneas y sus muebles en tendencia, destaca sobre otros estilos por su llamativa y original sencillez. Y es que el estilo moderno se deja influenciar por colores intensos, empleados generalmente en grandes piezas, como el sofá azul petróleo de esta propuesta del estudio de interiorismo de PortobelloStreet. ¿Más piezas que funcionan en un salón moderno? Aquellas con materiales novedosos, como porcelánicos que imitan el mármol, o maderas oscuras. Ahora la que más se lleva es la de nogal. 

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Líneas redondeadas, colores neutros y otros suaves, detalles delicados como láminas botánicas o cuadros figurativos son algunas de las características de los salones clásicos. Y lo mejor es que se trata de un estilo que no pasa de moda y siempre se mantiene en tendencia. ¡Es lo bueno que tienen los clásicos! 

También en estos ambientes triunfan las alfombras con delicados patrones florales, los sofás con faldón y tapicerías neutras, preferiblemente en color beige, y grandes piezas de madera maciza, como la que protagoniza esta propuesta de El Corte Inglés. 

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Los colores cálidos, estampados geométricos y maderas claras son las protagonistas de los salones étnicos que, mediante la combinación de diversos elementos, se intenta recrear la calidez del continente africano, con influencias de la decoración árabe y oriental. Las piezas artesanales son también clave en la decoración de este tipo de salones, que destacan por su calidez y la sensación acogedora que producen. Las alfombras kilim y bereberes son también parte de este estilo que lleva en tendencia varios años y parece que se mantendrá en el candelero por otros más. Un buen ejemplo es esta propuesta de Maisons du Monde.

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El estilo minimalista destaca por prescindir de los artificios y olvidarse de la decoración más barroca para dar paso a muebles de líneas sencillas y rectas y decoraciones en las que todos los muebles tienen una utilidad. Nada falta, nada sobra. Estos ambiente destacan por el uso de colores neutros, prescindiendo del uso de colores llamativos o vibrantes. La calidez viene de la mano de las piezas de madera, pero estas han de ser sencillas, sin adornos y caracterizadas por una estética limpia, como la mesa de centro o los estantes que aprovechan los retranqueos de la pared de esta propuesta de la interiorista Laura Martínez.

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Aunque no es muy empleado en salones urbanos, el estilo rústico es perfecto para una casa de campo o de veraneo. Este estilo tiene ese halo ‘slow’ que nos recuerda al verano, al olor del fuego cuando crepita y a la de la madera al natural. Y, aunque tal vez te parezca demasiado para llevarlo al salón de tu casa, sí que te puedes dejar influenciar por alguno de los elementos que lo hacen tan cálido y acogedor. Uno de ellos es la madera en su estado más natural, tanto en los techos en forma de vigas de madera como en los muebles de madera maciza. Y lo mejor es que pueden añadirse piezas más modernas, como en esta propuesta del Studio McGee. 

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Este estilo toma las características del estilo moderno y del clásico y las funde en un estilo con lo mejor de los dos. Los tapizados clásicos de rayas protagonizan butacas de líneas modernas, las líneas de los sofás modernos se suavizan, acerándose a las curvas de lo tradicional y los suelos se cubren con modernas alfombras que lucen patrones de toda la vida. Y todo manteniendo una gama de color sencilla, atemporal y cálida que no pasa de moda. 

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El estilo nórdico ha sido uno de los favoritos durante la última década. Copiado, reproducido y emulado hasta la saciedad se ha instalado entre los distintos estilos de salón como uno de los más acogedores. Y esto es gracias a las maderas claras que usa, que aportan calidez y dan luminosidad, característica que también aporta el uso del color blanco y gris suave, colores neutros que triunfan en lo nórdico. Pero, ¿cuál es en realidad el motivo del éxito de los salones nórdicos? Que ha sabido adaptarse a las tendencias incluyendo piezas más modernas. Un ejemplo es esta propuesta de Alvhem.  

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Los amantes de los materiales en su estado más natural y de los espacios abiertos encontrarán en el estilo industrial la clave para decorar su salón. Este tipo de decoración surgió en los años 50 en los lofts neoyorkinos cuando las antiguas fábricas se fueron convirtiendo en apartamentos de espacios abiertos, paredes de ladrillo visto, tuberías colgando del techo y vigas de hormigón. Y no, no se trata de recrearlo al cien por cien en tu piso de 80 metros cuadrados, pero puedes llevar alguna de sus características a tu salón. Bien las vigas de hormigón, como ha hecho en esta propuesta el estudio Live in Design Studio, o mediante un mueble de estructura metálica negra, líneas rectas y cuerpo de madera. 

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Los salones eclécticos se caracterizan por ser una auténtica fusión de estilos combinados con elegancia y moderación. Un sofá de estilo clásico o vintage, como el sofá chéster que protagoniza este salón, una pared con molduras pintada en azul marino, una mesa redonda caracterizada por su modernidad y hasta una lámpara con influencias art decó. Ahora, no se trata de poner un pieza de casa estilo sin orden ni concierto. La clave está en combinar las piezas grandes necesarias y no saturar el ambiente. Mira cómo lo ha hecho la interiorista Pia Capdevila en este salón. 

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Los tonos blancos combinados con pequeñas dosis de azul son los que más triunfan en las decoraciones mediterráneas. Este estilo es fresco, acogedor y perfecto para darle a tu casa un toque veraniego que funciona todo el año. La clave está en incluir en la decoración objetos de madera al natural (¡la madera no falla nunca!) para darle ese punto cálido. Además, en vez de un blanco puro, lo mejor es elegir un blanco roto o con matices más cálidos para que el espacio no resulte frío. 

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