67 errores decorativos que puedes evitar

2022-10-13 14:24:07 By : Ms. Apple liu

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Periodista especializada en decoración

Periodista especializada en decoración

Ojo con seguir a rajatabla las tendencias en decoración. Seguir las tendencias y adoptarlas en casa está muy bien siempre y cuando no abuses de ellas. O si es una tendencia que te encanta y va contigo, como por ejemplo la moda por lo vegetal, lánzate sin miedo, como se ha hecho en este rincón de lectura. Si no, mejor reservarlas para pequeños detalles, que sean fáciles de renovar.

Es uno de los errores más habituales que cometemos cuando nos cambiamos de piso y nos llevamos los muebles. Sí, es posible que esa alacena heredada te haya dado mucho juego en tu anterior casa, pero en la de ahora no logras encajarla. Para María Vázquez, de Dr. Livinghome, tienes dos opciones: deshacerte de ella —por mucho que te pese— o transformarla, pintándola de otro color o inventándote otro uso, por ejemplo. Hay que dejar hueco a las cosas que te hacen feliz, deshaciéndote de esas otras que ya no lo hacen. ¡Pruébalo porque funciona!

Un jarrón con flores vistosas, una bandeja con velas, unos libros apilados... son esos detalles que hacen que tu mesa de centro pase de ser sosa a una de revista. ¡Estate atenta a ellos porque dicen mucho de ti! ¿Más trucos para tener el salón impecable? El sofá procura dejarlo siempre colocado y los cojines ahuecados. Así dará una imagen de orden que agradeceréis tú y los tuyos.

Tu casa es un todo, no una suma de diferentes estancias. Tenlo en cuenta a la hora de decorarla para que transmita armonía dentro de la singularidad de cada espacio. No se trata de clonar la decoración, sino de que todos los espacios compartan ciertos elementos decorativos que los relacionen. Por ejemplo, la carpintería, un arrimadero, el suelo, los colores de pintura... Aquí, el pavimento y la preciosa carpintería integran el pasillo con la cocina y el salón. 

Grandes o pequeñas, son lo mejor para dar vida a cualquier espacio. Y sabes que se llevan. Así que harás mal si no colocas una o varias plantas en tu salón, dormitorio, cocina o baño. Además de decorar, purificarás el ambiente, si son naturales, y con su presencia introducirás un trocito de naturaleza en casa. La interiorista Marta Prats ha colocado tres en este salón, dos en el suelo y una sobre el aparador. ¡No te olvides de elegir un macetero bonito!

La elección de una buena mesa donde juntarnos a comer es muy importante. Si no quieres equivocarte, opta por un modelo que no te robe metros en el salón, que se adapte al número de comensales que sois habitualmente. Si es extensible, mucho mejor, para cuando tengas invitados. Y si no lo es, no pasa nada. Hazte con un mesa supletoria que se pueda plegar ¡y listo!

No quieras tener la casa hecha un pincel desde el primer día. Es mejor empezar por lo esencial e ir añadiendo, poco a poco, lo que te va pidiendo cada espacio de tu casa. La paciencia es la mejor consejera para evitar precipitaciones decorativas. 

Apostar todo a un material, el lino, el algodón, la fibra, la madera, por muy tendencia que sea es un error de primero de decoración. Se lleva la combinación de texturas ¡y no solo en tejidos! También en materiales. Mezcla sin miedo, como ha hecho la interiorista Jeanette Trensig en estos cojines, y ¡acertarás de pleno!

No solo es importante acertar con lo que cuelgas sino en cómo lo cuelgas. Para que una obra de arte pueda apreciarse cómo es debido, la medida perfecta suele ser colocar el centro de la obra a la altura de los ojos. Y si esta tiene mucho protagonismo, como este cuadro, mejor que no compita con otras. 

El equilibrio es básico en decoración. Un espacio amplio, como este salón de techos altísimos, necesita piezas proporcionales, que "llenen" el espacio sin resultar ridículas. ¿Y un espacio pequeño necesita piezas mini? No, la clave no es reducir de tamaño las piezas, sino poner menos, para que el espacio no se vea abarrotado y, con ello, más pequeño aún de lo que realmente es. 

Evítalo a toda costa. Sí, los nuevos modelos extraplanos, que podemos colgar, son más estéticos que los de sobremesa, pero cuando el televisor está apagado no deja de ser una caja enorme negra. Una solución muy práctica es ocultarla tras un panel corredero, como se ha hecho aquí. Cuando no se usa, nadie la ve.  

La primera impresión es la que cuenta por eso no prestar la atención debida al recibidor puede dar una imagen distorsionada de ti y de tu casa. Si pones perchero ¡no lo llenes de abrigos! Acertarás en la decoración del recibidor con una consola, una cómoda o un estante, según el espacio del que dispongas. Acompáñalo de un banco o taburete para descalzarte. Los detalles son súper importantes: un ramo de flores, unas velas aromáticas y un espejo... O una lámpara de sobremesa, una bandeja y un cuadro apoyado. ¡Y ya le has dado vida!

¿Tienes un distribuidor largo que comunica con los dormitorios y aún no le has sacado partido? ¿A qué esperas? Seguro que te vendría fenomenal poner en él armarios que desahoguen otras habitaciones. Venga, ponte manos a la obra, y crea zonas de almacenamiento de suelo a techo, panélalos en blanco para disimularlos y que aporten luz y coloca en el suelo una alfombra que le calidez. Tal y como han hecho aquí las interioristas Asun Antó y Clara Infiesta.

"¡Lo veo, lo quiero!" Esto nos ha pasado en más de una ocasión a todos. Pero en decoración puede ser un problemón porque ese mueble que te encantaba en la tienda resulta que cuando llegas a casa no pega ni con cola con la decoración. Antes de comprar un mueble, hazle una foto, y en casa comprueba si le va o no a tu decoración. En este recibidor, por ejemplo, todo está más que estudiado: aún siendo piezas de estilos muy diferentes, encajan a la perfección como si de un cuadro se tratara. 

Si nos aliamos con la distribución del mobiliario para favorecer la circulación de la luz, también debemos hacerlo con las telas. Lino, algodón y textiles vaporosos, de colores claros y de trama abierta, dejarán pasar más la luz. Estas, por ejemplo, son de lino. 

Sabemos que te gusta leer pero en tu estantería solo coloca unos cuantos libros, los que verdaderamente quieres conservar y los que te quedan por leer (aunque estos seguro que los tienes en la tableta). No los pongas todos de canto, combínalos en horizontal y vertical, como ha hecho aquí la interiorista Asun Antó. Y entre pila y pila ubica algún objeto decorativo para armar un espacio desahogado donde impere el orden. ¡Nada resulta más feo que una librería atiborrada de libros!

La luz natural es un bien que merece la pena cuidar. No solo hace que el espacio parezca más amplio, sino que lo hará más agradable y vivido. A la hora de distribuir los muebles hazlo de tal manera que no tapen las ventanas, o bien elige muebles bajos, como se ha hecho en este salón. 

Pues sí, aunque no lo creas, es el error más habitual en decoración. Ves un mueble o un sofá que te encanta, lo compras y cuando te lo llevan... ¡Horror, pero si no cabe! ¡Ayyy, amiga, con lo fácil que hubiera sido coger antes el metro, medir el espacio libre y hacer un plano con lo quieres poner en esa zona! Es lo primero que hacen las interioristas ¡y nunca fallan! Ya lo sabes para la próxima.

Teniendo en cuenta que la media de altura en España ronda los 1,76 m en hombres y los 1,64 m en mujeres, ¡ojito a qué altura cuelgas el espejo del baño! En bathpoint.com aconsejan, como norma general, colocarlo a 35 cm del lavabo y que el borde más alto del espejo quede a 2 metros de altura respecto al suelo. Así, evitarás salpicar de agua el espejo, si lo pones bajo, o lesiones de espalda al estirar el cuello como una jirafa para peinarte, si está demasiado alto.

No hay nada más feo que un suelo descuidado. Si tienes una baldosa rota o una madera del parqué levantada, deberías arreglarlas porque todas las miradas irán a ellas. Mientras, puedes disimularlo ¿cómo? Oculta la zona afectada bajo una alfombra, por ejemplo. En la imagen, la interiorista Mireia Torruella, de Júlia Brunet Interiorisme, ha elegido un pavimento cerámico que imita madera, súper resistente, que se prolonga hasta el baño en suite dotándolo de continuidad.

Si el orden es tu máxima prioridad pero en casa tienes todos los armarios ya ocupados, aprovecha para colocar un mueble versátil en el que puedas guardar. Un puf, un sofá cama o un banco que, además de sentarte, te permita almacenar será todo un acierto. ¡Harás mal en desechar muebles de doble uso! Este banco/sofá con capacidad interior lo han creado las interioristas Asun Antó y Clara Infiesta añadiéndole unas colchonetas y unos cojines de respaldo. 

Un banco bajo la ventana que te sirva de mirador, una zona de trabajo en la parte baja de una librería, una estantería en un entrante... Fíjate de cuántas formas puedes aprovechar todos esos huecos libres a los que apenas prestas atención. Párate a mirar detenidamente cada estancia de tu casa con ojos de investigador ¡seguro que sale más de un espacio nuevo! La interiorista Marta Tobella ha ideado esta práctica zona de trabajo en una estantería.

Si crees que por decorar en tonos neutros ya tienes todo resuelto, estás muy equivocada. Así lo asegura la interiorista María Vázquez, de Dr. LivingHome, y estamos de acuerdo. Los neutros también aburren si no les das un poco de vidilla. ¿Qué tal si mezclas tonalidades distintas de neutros, juegas con texturas e introduces fibras naturales y un toque de color? Es lo que ha hecho la interiorista Rocío Moreno Santamaría en este salón. Recuerda: si te pasas de comedida, tu casa será sosa. 

Ya es hora de que lo reconozcas. Sí, tu salón es pequeño, y a pesar de que la idea te ronda por la cabeza te niegas a sacrificar la terraza. ¡Craso error! Porque esos 8 o 10 m2 te vendrían fenomenal para ampliar el salón que realmente es donde pasas la mayor parte de tu tiempo. "Es que la experiencia del confinamiento ha hecho que me replantee de nuevo este espacio", dirás. Vale, si es así, te lo damos por válido pero solo si mantienes tu terraza en condiciones y no como un cajón de sastre donde dejar todo lo que no te cabe dentro de casa. La interiorista Begoña Susaeta ha integrado la terraza en el salón convirtiendo este espacio en una zona de trabajo y un área de juegos infantil.

A tu hija preadolescente le encantaría invitar a su best friend a pasar la noche en casa y hacer una pijama party pero su dormitorio es el que es: un espacio no demasiado grande con una cama de 90 cm, un armario y un escritorio. Antes de cambiarle la habitación, te empeñabas en mirar camas nido para darle gusto. ¡Ayyyy, cómo somos las madres! Menos mal que tu pareja puso razón en tanto despropósito. "¡Pero si no cabe!" —te decía— al ver que tú erre que erre. ¡Un saco sobre la alfombra y problema solucionado!

Te parecerá una tontería, pero no lo es. Tener una pieza en casa de la que te sientas tremendamente orgullosa, te va a hacer muy feliz. Pueden ser unas sillas de comedor Wishbone auténticas, un sofá Chester de cuero que encontraste en un anticuario ¡y a muy buen precio!, una mesa de centro Tulip, un cuadro viñeta de Roy Lichtenstein... ¡Da igual la pieza que sea, pero hazte con una de diseño cuánto antes! Es la mejor manera de revalorizar tu casa.

¿Pasarse con el color o quedarse corto? Los espacios amplios y con mucha luz natural, como este salón, agradecen color, porque si no corres el riesgo de que se vean demasiado vacíos o desangelados. Los tonos cálidos, como el beige o el topo, son acogedores sin ser estridentes. Si no te atreves con todas las paredes puedes hacer como aquí, que el color se ha usado para destacar la arquitectura del espacio. 

Ni una pared del sofá abarrotada de cuadros ni otra vacía totalmente impersonal y aséptica. Y los metros no son una excusa. De hecho, según el feng shui, no hay que temer decorar las paredes de un salón pequeño con cuadros o fotos porque es una manera de dar equilibrio al conjunto y evitar que la energía fluya solo por abajo. 

¿Tienes niños? ¿Te encanta recibir en casa? ¿Eres una cinéfila? Todas estas cuestiones son importantísimas a la hora de decorar tu casa porque condicionarán la elección del mobiliario y la planificación de los espacios. Según como seas, y como vivas, necesitarás un salón versátil con piezas móviles para que los niños puedan convertirlo en su zona de juegos; una mesa de comedor amplia o extensible para poder acoger a tus amigos; o un sofá confortable y flexible para poder disfrutar de tus maratones de series.

Lo importante es el equilibrio: no temas mezclar flores, rayas o cuadros, siempre que compartan colores. Pero no te excedas combinándolas porque podría quedar un ambiente demasiado recargado. Lo ideal, si el estampado es muy vistoso, como este papel pintado a cuadros escoceses, es que el resto de textiles sean lisos o de estampados muy sutiles. 

Tienen fama de empequeñecer, sobre todo si el espacio tiene poca luz natural. Pero en estancias luminosas, usados con moderación y contrastados con tonos claros, pueden incluso ampliar los metros visualmente. El gris antracita, el tostado, y hasta el negro crean ambientes actuales y sofisticados. Mira este comedor, al pintarse la pared del fondo de un gris oscuro casi negro, se logra dar más profundidad al espacio. 

Por quedarse corto o por pasarse. La mejor manera de acertar es tirar de cinta métrica. Mide el hueco con el que cuentas y con esta medida busca el sofá que mejor encaje en el espacio disponible. Un consejo, en salones pequeños es mejor optar por un sofá modular grande en "L" que dos de 2 y 3 plazas, porque ofrecerá el mismo número de asientos, pero ocupará menos.

La nueva arquitectura apuesta por derribar tabiques y prescindir de espacios mini a favor de menos estancias pero más amplias y cómodas. Un buen ejemplo es el salón de esta casa, que se ha abierto al comedor y a la cocina creando un espacio mucho más amplio y luminoso. Además de una comunicación más fluida entre las distintas zonas.  

Las vigas son muy decorativas y dan un extra de carácter y calidez a cualquier estancia. Pero en espacios pequeños, sobre todo si el techo es bajo, pueden "pesar" demasiado visualmente y empequeñecer la habitación. Una solución, como se ha hecho en este salón de montaña, es pintarlas de blanco o decaparlas. Disfrutarás de su estética pero serán mucho más ligeras. 

Piénsalo: va estar en contacto piel con piel contigo. ¿No merece la pena invertir en una natural de lino o algodón? Será más cara que una sintética, pero su tacto será mucho más agradable. Si eliges diseños con un bajo porcentaje de sintéticos (menos del 20%) ganarás, además, en facilidad de mantenimiento.

Es un gran error. Prever con antelación el tipo de iluminación que mejor se adapte a las actividades que vas a desarrollar en cada espacio resulta básico. Lo mejor es optar por una iluminación polivalente, que puedas regular con controladores de intensidad en función de la cantidad de luz que necesites (no es lo mismo leer que ver la televisión). Combina diferentes tipos de iluminación: general, ambiental para crear atmósfera y puntual, para destacar las baldas de una librería o, como aquí, un cuadro. 

No basta con planificar los puntos de luz, sino en acertar con la temperatura de color de una luminaria, ya que puede transformar por completo el espacio. La luz más blanca —por encima de 5.000ºK—, más fría, crea un ambiente estimulante, debido a sus tonos azulados. Por eso, se recomienda para áreas donde se realizan las primeras actividades diarias, como el baño o incluso la cocina. En cambio la cálida —por debajo de 3.300ºK—, al tender más a amarillo, es más acogedora e invita a la relajación y al descanso. 

Sí, la mesa de centro es un clásico. Y parece que no podamos prescindir de ella. Mentira: si el salón es pequeño, es mejor eliminar la mesa de centro para ganar más espacio y poder moverse sin problemas. Siempre puedes optar por mesas auxiliares apilables o tipo nido que son más versátiles. Las podrás mover con facilidad y cuando no las necesitas, las recoges y punto.

Si eres afortunado y cuentas con techos altos, ¡sácales partido! Sobre todo si vas corto de espacio. Existen kits prefabricados por módulos para confeccionarte tu propio altillo. Sin embargo, si quieres utilizarlo no como almacén, sino para que sea transitable, como se ha hecho aquí, la altura de techos debe ser de al menos 240 cm y debes contar con la intervención de un arquitecto.

Los espejos son grandes aliados de la luz y los metros. Pero es básico colocarlos bien. Por ejemplo, un espejo opuesto a una ventana reflejará su luz y traerá el exterior dentro de casa. En cambio, según el Feng shui, colocar un espejo enfrente de la puerta de entrada no es la mejor opción porque la energía en vez de entrar, saldría rebotada hacia fuera. Una alternativa es colocarlo, como se ha hecho aquí, en un lateral. 

En salones amplios o con varias zonas, en zonas de paso y en el dormitorio los interruptores conmutados son muy prácticos porque puedes controlar las luces desde dos o más puntos y no debes desandar el camino para apagarlas.

¿Cuántas veces el radiador se ha interpuesto en el camino de ese mueble ideal que ¡uy! ya no cabe? Si antes de ubicar los radiadores, tienes claro dónde van a ir tus muebles, te será mucho más sencillo decidir cuál es el sitio donde menos van a molestar. Además planificándolo de antemano, podrás optar por instalar un radiador más grande, dos más pequeños, e incluso, formatos verticales. 

Hoy en día tener una silla Eames está al alcance de casi todo el mundo. No será la original, pero es que se le parece tanto... ¡Ojo con las imitaciones! No solo porque no acaban de dar el pego, sino que además, muchas veces son de mala calidad o resultan incómodas. Es mejor pagar más por una auténtica o apostar por un mueble low cost que podrás personalizar a tu estilo. 

Ir por casa no debería ser una carrera de obstáculos en la que ir esquivando muebles. La distribución de los diferentes elementos debería ser funcional y cómoda. Deja 80 cm libres entre piezas, excepto entre el sofá y la mesa de centro, donde bastan 45 cm para sentarte bien. Y mantén despejadas las puertas de acceso, como se ha hecho en este salón. 

Sí, en El Mueble nos encantan los cojines y, en muchas ocasiones, llenamos los sofás de cojines. Pero para el día a día, deberían estar en su justa medida si no queremos que se conviertan en un estorbo. Lo ideal sería tener un cojín más que el número de plazas del sofá. Aquí, por ejemplo, el sofá es de tres plazas y se ha vestido con cuatro cojines. 

La distribución perimetral es la que mejor aprovecha espacios pequeños, pero en estancias amplias arrimar todos los muebles a la pared puede dejar una zona central desangelada y triste. ¿La solución? Vístela con una alfombra, con una mesa de centro o una composición de mesitas auxiliares: harán el espacio más acogedor y práctico. 

Que si el televisor, el router, la consola, el equipo de música de alta definición... Y cuando menos te lo esperas tienes el salón lleno de cables. Si vas a hacer obras, aprovecha para ocultarlos. Pero si el mal ya está hecho, las regletas deberían ser una solución provisional. Otra opción es la de este salón, en el que se ha diseñado un plafón anclado a la pared que disimula los cables y las conexiones de los aparatos e integra a su vez el televisor. 

Mezclar sí, pero con criterio. En caso contrario puedes correr el riesgo de que tu casa parezca un mercadillo con piezas sin ton ni son. Y es que la tendencia del mix & match es todo un arte. La clave pasa por usar alguna especial para romper o generar un contraste decorativo en un ambiente muy armónico, como se ha hecho aquí. En este comedor de estilo clásico se eligieron unas sillas Panton, de Vitra, de diseño vanguardista, que enriquecen con su contraste la decoración de la estancia. 

Prevé un espacio para ella. Quizás en verano ni lo notes, pero en invierno, con abrigos, bufandas, gorros, paraguas y demás, necesitarás contar con un armario donde poder guardarlo todo sin que se te coma la mitad del espacio del ropero. 

Gran error. Prioriza ante todo un buen descanso a la decoración. ¿No te caben las mesillas? ¡Reinvéntalas! Un cabecero de poco fondo cuya repisa sirva de mesilla, como este, o uno que las integre a modo de hornacina te permitirán disfrutar de mesillas sin renunciar a esos centímetros extra de la cama, que agradecerás a diario. 

En el salón, lo ideal es que la alfombra integre la zona de tertulia, como ocurre en este salón. Para ello, no hay nada como medir el espacio con el que cuentas para dar con una alfombra de tamaño y forma adecuados.  

Si quieres sacarle el máximo partido a tu ropero, planifícalo a tu medida. En función de si cuentas con más o menos ropa colgada deberás destinar más espacio a barra de colgar o a cajones. ¿Y qué pasa con los zapatos? ¿Y la ropa doblada? Las baldas son más económicas que los cajones, pero la ropa tiende a desordenarse más. Las perchas especiales para cada tipo de prenda pueden serte de ayuda, así como los casilleros para tener en orden la lencería. 

Si están ahí, ¡úsalas! Aquí se ha aprovechado con dos baldas XL que recorren toda la pared del salón hasta el comedor, integrando así ambos espacios. 

La mampara tiene mucho que decir en lo que al confort de la ducha se refiere. Al elegirla, es importante que sea totalmente estanca —las correderas lo son más—, con un tratamiento antical para facilitar su mantenimiento y con una perfilería de calidad —el aluminio ha desbancado al PVC y al acero—. Si las eliges con un panel fijo, como en este baño, resultará muy cómoda porque deja un paso generoso muy práctico.

Abrir la cocina al salón es una solución muy práctica en pisos pequeños... pero no siempre. Es muy importante que antes de eliminar un tabique, estudies si al integrar los dos espacios, ganas metros útiles y, sobre todo, comodidad. Es decir, ambos ambientes deberán poder amueblarse sin forzar la distribución, tener el sofá casi en medio de la cocina no es una buena opción. Aquí, por ejemplo, la trasera del sofá hace de división entre estar y cocina, sin estar pegados unos a otros y respetando las zonas de paso. 

El blanco es un clásico en la cocina, sobre todo si esta es pequeña. Pero ojo con pasarte, porque puedes convertir la cocina en un laboratorio. Matiza el total look aséptico con los textiles, como los paños de cocina, y el pavimento. Aquí, por ejemplo, se optó por uno que imita las baldosas hidráulicas con motivos en beige y mostaza que dan el contrapunto cálido. 

Las cocinas sin muebles altos se ven más ligeras, pero ojo, porque estás renunciando a casi la mitad del almacenaje total de la cocina. Si esta es pequeña es un lujo que no puedes permitirte. Y aun siendo amplia, como esta, los armarios nunca sobran. Si no quieres llenar toda la cocina de armarios, puedes dejar la zona de fuegos libre y reunir las columnas de despensa y electrodomésticos en una pared de armarios. 

Ni todo por la funcionalidad ni tampoco lo contrario. Es crucial encontrar el equilibrio para que la casa, además de acogedora y de hacerte sentir a gusto, sea cómoda y no te conviertas en un esclavo de la limpieza. En la cocina, por ejemplo, quizás es mejor apostar por un pavimento resistente, sufrido y de fácil mantenimiento, como un porcelánico, en vez de seguir con la madera del salón, que será mucho más delicada.  

Una cocina siempre se verá más amplia si no hay saltos visuales o estos son los mínimos —horno y microondas—. Panelar la nevera, el lavavajillas y la lavadora, en el caso de estar en la cocina, dará más sensación de unidad. Además, en cocinas abiertas al salón, como esta, se integra mejor a la zona de día. 

¿Por qué quieres una mesa enorme que se come la mitad del espacio del comedor si habitualmente solo sois cuatro en casa? A la hora de elegir la mesa y las sillas del comedor, prioriza el día a día, sobre todo si cuentas con pocos metros. Es mejor estar cómodos a diario y solo dos veces al año encorsetados.

De acuerdo que ya no solemos tener vajillas tan completísimas como las de nuestras madres o abuelas, pero aún así tenemos platos, copas y vasos de más. Y si no les buscas un espacio a su medida, se acabarán comiendo parte del almacenaje de la cocina. Un aparador o un armario, como este, te bastarán para tenerlo todo en orden y a mano. 

No des ni un centímetro de tu casa por perdido. Y las zonas de paso son, a veces, una auténtica mina. No se trata de abarrotarlas dificultando el movimiento, pero si son suficientemente amplias —un mínimo de 130 cm de ancho—, ¿por qué no aprovecharlas? Aquí se ha sacado partido al pasillo que comunica la cocina con el salón con una gran alacena que desahoga la cocina y, además, decora por sí sola. 

Una bañera para que sea cómoda se recomienda que mida 80 x 150-160 cm. Si no cuentas con este hueco, es preferible apostar por una ducha: bastará con que mida unos 90-100 cm de largo. Y, de paso, ganas espacio para planificar una columna de almacenaje. 

Sí, hemos leído muchas veces que en baños compartidos contar con dos lavamanos es muy práctico. Y es cierto... Siempre que cuentes con suficiente espacio para que la encimera sea XL. Piénsalo: ¿cuántas veces coincidís en el baño para usar el lavabo al mismo tiempo? Es mejor un modelo más grande, en vez de dos minis, y regalarle unos centímetros extra a la encimera. 

Sobre todo si no lo usas o lo haces de manera muy esporádica. Piensa que te está robando un mínimo de 70-80 cm (a la medida del bidé debes sumarle unos 20 cm más a cada lado) que puedes usar para ampliar la ducha o sumar almacenaje. Valóralo. 

Es un error. Porque en la zona del espejo, cuanto más frontal sea la luz, mejor. ¿Opciones? Dos apliques a cada lado del espejo; un espejo iluminado, que ya incorpore luz o una iluminación perimetral desde detrás del espejo que ilumine todo el rostro. Es lo que ha hecho en este proyecto el interiorista Javier Merediz. 

Son más caras que las abatibles, pero en dormitorios pequeños son un gran aliado, ya que basta dejar unos 60 cm libres delante, mientras que con las abatibles necesitarás un mínimo de 80-90 cm. 

Decorar no es física cuántica, ni existen fórmulas magistrales aptas para todos, porque la decoración es muy personal. Lo que a unos les encanta a otros les horroriza. Eso no quita que haya algunas "reglas", consejos y truquillos que no está de más saber para que tu casa, además de encantarte, te resulte cómoda y confortable en el día a día. Y es que a veces unos pocos centímetros separan el éxito —poder moverte sin problemas por el salón— del fracaso —tener que ir esquivando muebles—.

Para evitarlo, hemos reunido los 67 errores deco más habituales a la hora de decorar la casa. ¿Te has quedado con ganas de más? Mira cómo un deco coach puede ayudarte a resolver algunos problemillas...

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