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Solo una valla de madera separa esta casa del mar. Reformada por CMV Architects, se asemeja en su trazado a los modelos tradicionales mallorquines, pero con la frescura, la luz y la técnica de la arquitectura actual. Todo un ejercicio de integración en el entorno.

Dentro y fuera, fuera o dentro. Tanto monta. Este es el concepto sobre el que se rehabilitó esta casa situada en la isla de Mallorca. A menos de 50 metros de la playa, la línea divisoria entre el exterior y el interior no existe: ¿cómo no disfrutar de este privilegio ampliando y creando diferentes espacios para vivir al aire libre? Así lo quisieron los propietarios al comprar la vivienda, que se encontraba en un estado lamentable pero en un maravilloso escenario natural, y encargaron su reforma completa al estudio de arquitectura CMV Architects. De la obra se encargó como constructora principal Arysco 2001.

Uno de los condicionantes a la hora de construir lo marcó la legislación, que obligaba a mantener la estructura existente, pero las instalaciones se renovaron de manera integral, incidiendo en el aislamiento térmico de la vivienda: las paredes interiores están trasdosadas con Pladur y pintadas de blanco y las fachadas también llevan protección bajo la capa de estuco de la firma Mapei. La tecnología –domótica e iluminación instaladas por IGH– convive con la esencia antigua de la casa, que dispone de dos módulos independientes unidos por un patio central lleno de encanto que, junto a las terrazas perimetrales, amplía la superficie útil y se utiliza como salón exterior.

En el primer módulo se ubica el salón-comedor con cocina abierta en una única estancia diáfana. En el segundo están los dormitorios y el baño. Construido "en horizontal", el conjunto da mayor sensación de amplitud, percepción reforzada por los colores claros, la luz cenital de algunas estancias y un estilo decorativo despejado y muy cómodo. Todos los muebles fijos de madera o vidrio fueron diseñados por CMV Architects y los propietarios incorporaron posteriormente piezas eclécticas pero igualmente sencillas y funcionales, muchas procedentes de Mestre Paco. Se quería una casa de verano, fresca, cómoda, fácil de vivir... El resultado es, nada menos, que este apacible y vivaz "pedazo del paraíso".

- Respeto a la tradición: La construcción, aunque moderna, ha mantenido la esencia mallorquina con pautas arquitectónicas y el empleo de materiales naturales y representativos de la zona, como la piedra colocada en seco, el estuco o la madera en estructuras y carpinterías.

- Relax como máxima: El sosiego de la isla se evoca en la paleta de azules y blancos de textiles y complementos, en referencia al mar y al cielo. El uso de elementos ligeros, como las barandillas de vidrio, y de muebles poco voluminosos ayudan a crear atmósferas limpias y despejadas.

- Jardín con poco mantenimiento: El proyecto de paisajismo de Arben se centró en plantas autóctonas que precisan poco agua: olivos, pinos, una huerta de aromáticas, trepadoras de flor como buganvillas...

www.cmv-architects.com Realización: Mercedes Díaz de Rábago