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¿SABÍAS QUE…?
Estamos rodeados de objetos de vidrio: ventanas, botellas, vasos, lámparas, lunas de los coches, lentes, artículos decorativos, etc. El vidrio se conoce desde muy antiguo. Su proceso de fabricación se descubrió en Siria hace al menos cuatro milenios y las técnicas fueron evolucionando a lo largo de la historia. Al principio se trataba de un artículo de lujo, pero poco a poco estuvo al alcance de todos. Durante el Renacimiento, en Venecia hubo una industria floreciente del vidrio, donde no contaba sólo la pericia de los artesanos vidrieros sino también la habilidad artística, fruto de lo cual se creaban verdaderas obras de arte.
¿QUÉ ES EL VIDRIO?
El vidrio está compuesto de materias primas muy comunes. El componente básico es la sílice, que se encuentra en abundancia en las rocas de la corteza terrestre y en la arena del desierto. La sílice es la sustancia química de la que está formado el cuarzo (dióxido de silicio). El vidrio más puro, también llamado “vidrio de cuarzo”, contiene solamente la arena de sílice. Se fabrica calentando a altísimas temperaturas la arena hasta que se funde, y dejándola enfriar. Por tanto, el vidrio es básicamente arena fundida.
Para lograr la fusión del material a temperaturas más bajas, se añaden a la arena otros dos componentes: ceniza de soda (carbonato de sodio) y cal (carbonato de calcio). Los tres elementos se funden en un horno a unos 1500 ºC. El resultado es una pasta de vidrio a la que se le da la forma deseada.
La pasta de vidrio fundido se moldea echándola en moldes o mediante la técnica de “soplado”. El método de soplado consiste en soplar aire dentro de un trozo de pasta, llamada “bolo”, mediante una caña o un tubito metálico: el maestro vidriero controla la cantidad de aire y mueve adecuadamente el bolo hasta que consigue la forma deseada, como por ejemplo, un porrón de vino.
Cuando el vidrio se enfría es un material duro (es decir, cuesta rallarlo), pero es muy frágil y se rompe fácilmente con los golpes. El vidrio es un material “amorfo”, tiene una estructura desordenada a diferencia de los materiales cristalinos. El vidrio normalmente es transparente, pero a veces es translúcido o incluso opaco, y puede tener distintas tonalidades según los aditivos que lleve. Estos aditivos pueden ser átomos de aluminio, boro, plomo, hierro, etc., en pequeñas proporciones. Según la composición exacta, cada vidrio tiene unas determinadas propiedades. Por ejemplo, no es lo mismo un vidrio de ventana que el de una fuente pyrex de hornear, o que el vidrio de las lentes de un telescopio.
Botella de vidrio. Barreño. Hielo. Cordel. Alcohol. Lija de agua.
Hacemos un vaso cortando una botella
Este experimento hay que hacerlo con la ayuda de un adulto.
Preparamos un barreño con agua muy fría, echándole algunos cubitos. Hacemos una línea en la botella con un rotulador por donde queremos cortar. Rodeamos la botella con el cordón, con un par de vueltas alrededor de la línea marcada, y hacemos un nudo para que el cordón quede sujeto (como si fuera un cinturón). Rociamos el cordón con alcohol. Encendemos el cordón con un mechero, a todo lo largo alrededor de la botella (sin que queden zonas apagadas). Esperamos aproximadamente medio minuto o hasta que se apague el cordón. Introducimos rápidamente toda la botella en el barreño de agua fría, sumergiéndola por completo. Se oirá un chasquido. La botella se habrá partido en dos mitades justo por la línea que quemamos, debido al cambio brusco de temperatura. Con cuidado de no cortarnos, lijamos el borde del corte con la lija hasta que queda bien pulido.
La obsidiana, también llamada “vidrio volcánico”, es un vidrio natural. Se crea a partir de la lava que emiten algunos volcanes, de rocas que tienen mucho contenido en silicio. Si esta lava se enfría rápidamente, se produce la obsidiana. Tiene el aspecto del vidrio, pero es negra y opaca. Presenta bordes afilados cuando se fractura, y por eso se utilizaba en la antigüedad como herramienta de corte y para hacer puntas de flecha.
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