Las tazas son piezas fundamentales de la vajilla. Se usan para varias bebidas en distintos momentos del día y permiten sumar en la mesa y la cocina toques de diseño, originalidad y color. Además, constituyen un regalo estupendo. Este artículo detalla el papel de las tazas como piezas de utilidad y decoración, los distintos tipos que existen según las bebidas, modelos originales que adornan la mesa y la cocina y la alternativa de usar tazas de juegos diferentes para hacer nuevas combinaciones.

Las tazas constituyen una parte esencial de la vajilla. Pese a que suelen quedar relegadas en la importancia que se les atribuye, detrás de platos, vasos y cubiertos, son indispensables para el café con leche del desayuno, las infusiones después de comer, el té o el chocolate de media tarde e, incluso, para alimentos salados como la sopa o el gazpacho.

Las tazas representan una compañía cotidiana para sus propietarios, y para ellos es importante su valor decorativo

Además de su aspecto funcional, se destacan también por su carácter decorativo, consideradas tanto de forma individual como en conjunto. El aspecto y la decoración de las tazas se lucen de manera especial cuando hay visitas, a las que se puede sorprender con recipientes elegantes, exóticos o divertidos. Pero también son importantes para quien los usa todos los días y, en concreto, por la compañía cotidiana que representan.

Son, además, un regalo estupendo: reúnen muchas posibilidades de decoración -y, por lo tanto, de atractivo- con una gran utilidad y presencia en la mesa. Por eso, muchos de los suvenires que se ofrecen en las tiendas de regalos son tazas con distintos motivos y mensajes.

Las tazas para café solo o cortado son pequeñas. Por lo general, se venden en juegos de cuatro o seis unidades y, a través de su estilo, transmiten una sensación de elegancia.

Para el desayuno -momento en que la mayoría de la gente toma café con leche o leche con cereales– en cambio, la tradición marca tazas más grandes y muchas más libertades al momento de decorarlas. Pueden ser cilíndricas o de formas más irregulares, con la parte superior más ancha que la inferior, de diversos colores o con los más variados motivos o dibujos.

Estas mismas tazas grandes, o modelos de un tamaño intermedio, son idóneas para beber tés u otras infusiones. Para mayor comodidad, estos recipientes cuentan con asas grandes y cómodas, que permiten sujetarlos y levantarlos sin quemarse aunque el contenido esté muy caliente.

Existe un tipo de tazas muy pequeñas preparadas para servir en ellas infusiones que se hayan preparado en otro recipiente (en una tetera o similar). Forman parte de este grupo las típicas vajillas y juegos de té árabes, cuyas tazas son como pequeños vasos. En otros estilos, tazas de estos tamaños pueden tener asas diminutas o también carecer de ellas.

Otros modelos son las de boca ancha, especiales para servir alimentos salados como el gazpacho o los caldos. Esta presentación permite prescindir de la cuchara y consumir la bebida fuera de la mesa, como en el sofá mirando la tele, mientras se lee o estudia, etc. Y sirven también para los cereales del desayuno.

Existen tazas con mensajes originales, listas para obsequiar a la pareja, familiares o amigos. Muchas de ellas se comercializan como recuerdos de viajes.

Pero también existen otras maneras, más específicas, de personalizar una taza. Una de ellas es la que ofrecen en la actualidad numerosas empresas de revelado e impresión de fotografías: colocar en una taza la instantánea que uno mismo haya capturado con su cámara.

Las tazas personalizadas con una foto o una decoración artesanal constituyen un regalo estupendo

Otra forma es recurrir a las manualidades y el trabajo artesanal, para decorar una taza que se ha de regalar con los mensajes o dibujos apropiados para el destinatario del presente. Y, aunque en su lugar de procedencia no sea una pieza única, puede casi convertirse en ello una taza traída de un lugar lejano (o que se visita poco) al que se haya viajado.

Los niños también tienen tazas a su medida: no solo con motivos infantiles pintados o dibujados, sino también, en ciertos casos, con recipientes con la forma de sus personajes favoritos. Existen también modelos térmicos, con pajilla y tapa para conservar la temperatura de la bebida durante más tiempo.

Todos estos tipos de tazas tan originales merecen a menudo un lugar destacado también en la decoración de la cocina. Para ello, pueden ocupar un lugar bien visible en esta estancia, como estanterías o un mueble con puertas de vidrio o cristal. De esta manera, los colores de estas piezas de la vajilla se pueden combinar con los del resto de los objetos y los muebles, o bien, en el caso de tazas personalizadas, pueden contagiar de entusiasmo a sus poseedores no solo cuando las usan, sino también cuando permanecen guardadas.

Con el paso del tiempo, es normal que algunas de las tazas que forman parte de un juego se rompan y dejen “huérfanas” a las demás. Existe una alternativa para dar una nueva vida a estas que permanecen sanas: integrarlas en nuevos juegos, conformados por piezas diferentes pero que guardan alguna similitud o algún elemento en común.

El atractivo y el valor del nuevo juego dependerán, sobre todo, del material disponible, pero también de la creatividad de quien se tome el trabajo de hacerlo. Pero esta es una manera de seguir utilizando piezas antiguas y en buen estado, que de otro modo quedarían abandonadas. Incluso se pueden obtener resultados divertidos y hasta kitch, apropiados para determinadas reuniones.

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