Luis Machi, el artesano que creó una fórmula mágica para hacer piezas únicas en vidrio

2022-10-08 19:56:16 By : Ms. zanchuang furniture

Luis Machi con la lámpara ‘Nube’, premiada en 2017. El vidrio se sopla dentro de una maraña de alambre de acero 

Si la artesanía es pasión, además de técnica y disciplina, Luis Machi juega con ventaja. Este vidriero habla de su trabajo con devoción y orgullo de autodidacta. Domina el arte de moldear el vidrio en caliente, con fuego, y a través de una “coreografía de movimientos rápidos, pero suaves y precisos” obtiene las piezas exclusivas que le han destacado como artesano de prestigio.

Valenciano de origen, se enamoró de este oficio tras acabar Bellas Artes en Barcelona, donde vivió 25 años. “Empecé haciendo pintura decorativa, decorados para televisión, pero no me llenaba”. Se apuntó a una escuela de vidrio (ya desaparecida), donde sólo se impartía la técnica del fusing, no el soplado. “Con el fusing trabajas en una plancha de vidrio ya hecha, la coloreas y la pones en el horno como una pizza. Estaba de moda entonces, hace 20 años. Se hacían lavabos, placas, trofeos…Pero nada que ver con el vidrio soplado. Me faltaba la adrenalina. Sirvió para financiarme, eso sí”. 

Con una beca accedió a la Universidad de Bellas Artes en Edimburgo donde sí aprendió el soplado. “Fue mi bautizo de fuego. Me fascinó el proceso, la magia de convertir la arena (sílice) en cristal y la técnica, tan espectacular”.

'El huerto de los ajos mágicos'. Impactante instalación de vidrio soplado ‘Allium patch’ creada en 2021 para la bienal Land Art en Andorra 

Al volver a España no tenía horno ni posibilidades, así que fue montando su taller de fusing, más barato y rentable que el de soplado, y durante un tiempo fue haciendo cursos en México, Francia y Estados Unidos: en Corning, una multinacional con obra social y museo, que es la meca del vidrio. ¿Y Murano? “Me decepcionó un poco, la verdad. Al vidrio veneciano y a Murano le debo mucho, claro. La excelencia del soplado viene de allí, es historia. Pero ahora es un circo. En una de las tiendas vi una pieza con la etiqueta 'made in China'. Venden más de lo que son capaces de fabricar. Es puro marketing”.

Al fin pudo comprar el horno de vidrio con la idea de dar el “sorpaso” al fusing. “Todo un reto, otros compañeros habían fracasado, pues la infraestructura es carísima”. En 1999, en su taller de Albacete, su tierra de adopción, comenzó a forjar sus primeras obras con vidrio soplado, una de las disciplinas más antiguas para crearlo, que apenas ha sufrido cambios en ocho siglos, desde que Venecia la perfeccionara al más alto nivel. 

Botellas decorativas elaboradas por Machi con vidrio soplado 

“Debes ser muy rápido al darle forma, no parar de rodar la caña, con movimientos armónicos, como una danza. Exige gran disciplina mental. Como tocar un instrumento. Esto no tiene horario ni calendario. Hay que entrenar a diario para absorber la técnica y que luego ya salga casi sola, a base de repetir, si quieres llegar a ser un gran soplador. Yo aún no lo soy”, asegura. No piensan igual desde el prestigioso Círculo Fortuny, que le ha elegido Mejor Artesano de Vanguardia 2022 en sus premios Maestro Artesano, cuyo fin es revalorizar oficios que preservan la memoria cultural y luchar contra la España vaciada.

Machi esculpe objetos exquisitos. “Elementos de decoración, jarrones, platos, vasos. Pero mi gran demanda es la iluminación, piezas únicas que se valoran más porque añaden funcionalidad, además de decorar son luminosas”. Sin embargo, piensa que su gran aportación es haber logrado propia fórmula de vidrio. “He conseguido que sea super blandito, aguanta muy bien el tiempo de modelado sin tener que recalentar y tiene un brillo, una transparencia y decoloración maravillosos”.

Entre su variada y cuidada producción (parte de ella se muestra en su cuenta de instagram @luismachividrio), el vidriero quiere destacar una obra muy especial llamada Cocoon (en la imagen inferior). "Es un proyecto realizado en colaboración con Yumna Alsawi, del Colectivo Yullu, que presentamos a concurso en octubre. Para mí, es de las piezas más románticas e interesantes. Sin dejar de lado el pragmatismo del vidrio en iluminación, es una obra escultórica casi poética que desprende magia y convierte la luz en protagonista de un espacio”, explica. 

Proyecto conjunto de Machi y Yumna Alsawi (Colectivo Yullu)

Hace unos años, cuando quiso comprar en Suecia la arena de sílice para obtener vidrio, se encontró con un precio prohibitivo. “Pensé: ¿y si me lo hago yo mismo? Mis colegas se reían. Recopilé bibliografía de siglos pasados, aunque las fórmulas de esos libros contenían plomo, y ahora está prohibido, por contaminante. “Fui probando, al principio era un despropósito lo que conseguía. Pero a base de ensayo y error, cuando ya estaba a punto de tirar la toalla, por fin la fórmula salió bien, transparente. No tengo formación de químico y eso supone una dificultad para mí”. 

A partir de ahí ha ido afinando la fórmula y  aún la va perfeccionando. Está orgulloso de ello, más que de sus creaciones. “Mi obra tiene limitaciones, tengo demanda de piezas que a veces no puedo realizar, por la complejidad o por el tamaño, porque estoy solo en el taller. Pero soy feliz con lo que tengo y ahí sigo”.

Machi dando forma al vidrio en caliente i

Machi imparte cursos de iniciación en la universidad, con la esperanza de despertar la chispa en futuros artesanos. Le gustaría que se valorara más esta labor que hoy conservan en España apenas unos cinco o seis artesanos. “En Estados Unidos hay mucha artesanía de este tipo. Se aprecia y se paga. La han dotado de un rol de arte y exclusividad, de emoción. Porque la artesanía es precisamente eso, emoción”, afirma.

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