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Naín, terapeuta de sonido | ÁNGEL SANTAMARÍA

La música debe enseñarse como medio para el desa­rrollo de la personalidad y la interacción social, ade­más de que el sonido en sí mismo es sanador a ni­veles muy profundos. Naín, terapeuta de sonido, pretende crear estados de conciencia que permitan una mejor relación con nosotros mismos y nuestro entor­no. Su experiencia se basa en el estudio, la investigación, el trabajo con el cuerpo, el sonido y la voz, primero den­tro del campo artístico y ahora como terapeuta del sonido en eventos como conciertos, performance, viajes sonoros, meditaciones, Baños de Gong y, su más reciente creación,“Biofractal Energy Healing”.

La vida es la mayor escuela en la que podemos estar. Al­gunas personas encuentran en la vida un sentido, mientras que existen otras que le han perdido sentido a la vida, pero tanto unas como otras están sujetas a un sentir, un senti­miento, y los sentimientos derivan a emociones profundas de experiencias que, para unas, son gratificantes y, para otras no. Entonces, la vía del camino medio es la mejor opción y el camino medio es el camino del no juicio, donde todo lo que sucede es perfecto y se puede ver la realidad de las cosas sin inclinar la balanza a favor o en contra. Cuando hablamos de emociones, sentimientos o pensamientos es­tamos haciendo un primer contacto con un tipo de energía y este tipo de energía reacciona a lo que percibimos afuera a través de los sentidos. Ahora bien, la energía se está tras­formando y reactualizando continuamente.

Si dejamos que la energía vaya a la cabeza y se acu­mule allí, se convierte en pensamientos, y si la mente se satura de pensamientos, hay un colapso mental y esos pensamientos se convierten en pensamientos recurrentes que pueden desencadenar patologías y enfermedades de la mente. Si dejamos que esa energía vaya a nuestra parte emocional y nos saturamos de emociones desbordadas, los sentimientos colapsan y se convierten en emociones desmedidas que también desencadenan enfermedades mayormente alojadas en el cuerpo.

La mayoría de las enfermedades vienen de la mente o las emociones por lo que, tanto a la mente como a las emociones, también hay que darles un ‘respiro’.

Me considero un aprendiz de la vida porque he experi­mentado estas tres facetas en profundidad. He podido ser inspirado por el gran espíritu y encontrarme en estados de profundo éxtasis, donde me siento conectado con la fuen­te de todo lo que es, y también he estado en momentos de mucha incertidumbre y he visto cómo mi energía se distorsiona, cómo mis emociones se desbordan y mi men­te colapsa. Sin embargo, la vía del silencio interior donde existe solo eso, vacío y silencio, sin juicios y sin miedos, es donde verdaderamente he encontrado paz y tranquilidad y solo en ese silencio interior es donde es posible que ocu­rra la sanación.

Lo primero es no escucharnos a nosotros mismos, nues­tras necesidades, nuestro guía interior, nuestro propio co­razón, nuestra respiración. Tratamos de hacer lo que sea para no mirarnos en nuestro propio espejo que es el espejo del alma. ¿Por qué sucede esto?… Porque existe el miedo, que es lo más alejado que hay del amor propio. El miedo hace mucho daño y genera desconexión con uno mismo. Entonces, la sociedad se aleja de este sagrado centro lla­mado corazón, que hace que todos sea un tejido armónico, donde te escuchas a ti mismo y aprendes a escuchar a los demás. Eso es empatía y sentido común. La mayoría de las personas ahora viven en un mundo virtual, volcadas hacia el exterior, hacia cosas que les sacien la necesidad del momento y eso solo hace que vivamos de una manera su­perficial y superflua, alejados del amor.

Otra cosa que nos enferma es vivir fuera de los ciclos de la naturaleza. Hemos perdido el contacto con la tierra, la conexión con los ciclos solares y lunares, el cambio de las estaciones y el movimiento de los planetas, hemos per­dido el respeto por los animales y la confianza en las pro­piedades de las plantas medicinales. La masificación y el consumismo están haciendo que todo lo que vemos como un recurso en la naturaleza lo convirtamos en un negocio llevándola a los límites de la sobreexplotación.

Si miramos nuestro cuerpo veremos que está he­cho de los mismos componentes que generan la vida, pero si no respetamos ese equilibrio natural, entonces se generan las enfermedades. Hay que volver a actuar conforme a lo que es natural.

Por último me gustaría invitarles a que escuchen soni­dos más naturales, más armonizadores, sonidos que per­mitan respirar, pensar, imaginar, soñar, intuir y revelar.

“Nos enferma vivir fuera de los ciclos de la naturaleza. Hemos perdido el contac­to con la tierra, la conexión con los ciclos solares y lunares, el cambio de las estacio­nes y el movimiento de los planetas, hemos perdido el res­peto por los animales y la confianza en las propiedades de las plantas medicinales. La masificación y el consumismo están haciendo que todo lo que vemos como un recurso en la natura­leza lo convirtamos en un negocio llevándola a los límites de la sobreexplotación”

Muchos sonidos y frecuencias están siendo manipula­dos para que las personas no piensen, no se comuniquen, con música refrita, saturada, y mensajes que son incohe­rentes con el corazón, el amor y la unidad. Cuando esto ocurre, también nos aislamos y perdemos la conexión, la empatía y actuamos como robots. Insto a que se escuchen sonidos lo más cercanos a lo natural, instrumentos acús­ticos que sean elaborados con elementos más orgánicos y que todo el mundo utilice la voz para su propia sanación y conexión interior.

Los elfos en las tradiciones del mundo son los guardianes de la naturaleza, viven inmersos en ella, son seres de gran belleza que comparten la energía femenina más elevada y sostienen la armonía de los reinos, son protectores y por­tadores de los dones de la sanación y la regeneración.

En Islandia, el gobierno no permite edificar o construir carreteras si pasa por un asentamiento élfico. Allí también hay una escuela donde puedes conocer y aprender acerca del vínculo de los elfos con ese país, hay inclusive montí­culos de piedra que son sagrados y no pueden ser tocados ni removidos: son verdaderos altares para los lugareños. La belleza de Islandia es única y especial, es un país con parajes naturales de inigualable belleza y es uno de los países modelo para Europa, con mujeres que encabezan los movimientos sociales y una economía sólida y soste­nible, además de un nivel cultural alto; creo que, si vives acorde con la naturaleza, en equilibrio con el entorno y en igualdad de géneros, se hace del mundo un lugar mejor, donde convivimos todos en paz, inclusive con los elfos is­landeses o de cualquier parte del mundo.

Es fundamental. Constituye una de las tres ramas, junto con la matemática y la astronomía, en la Academia plató­nica de la antigua Grecia. En la escuela pitagórica, la mú­sica fue el eje principal como herramienta de autoconoci­miento, medicina y curación. La música proviene de los sonidos, de las armonías, de los fenómenos que se dan por eventos naturales y que no requieren de la intervención humana en su mayor parte.

Cuando a un niño le enseñas a escuchar o a tocar un instrumento, se le está dando un medio para desarrollar el cerebro, crear un vínculo profundo con las emociones y socializar con otros niños mediante la interpretación en agrupaciones instrumentales, corales o rítmicas, y esto de­sarrolla las capacidades auditivas, la percepción del tiem­po y las habilidades motrices. La música debe enseñarse como medio para el desarrollo de la personalidad y la in­teracción social, además de que el sonido en sí mismo es sanador a niveles muy profundos.

Cuando vas a las montañas y escuchas el sonido del viento en los árboles o estás en una playa y escuchas las olas del mar, no solo te estás cargando de iones negativos beneficiosos para la salud, sino que estamos siendo bañados por frecuencias armonizadoras y re­generadoras. Por esta razón, cuando vamos a lugares naturales, nos sentimos diferentes, más despiertos, más felices y equilibrados.

Para mí, lo importante es que haya un movimiento de esa energía, que algo suceda en la persona o el grupo, que las personas salgan de una sesión sintiéndose di­ferentes, tocadas por la magia del sonido, no importa si ha sido un viaje fantástico o si, por contra, les ha co­nectado con sus miedos y su dolor, lo importante aquí es que las personas se den cuenta de lo que hay dentro de ellas, en el inconsciente. Para que esto suceda, ten­go diferentes sets armonizadores con diferentes viajes, algunos son más angélicos, otros más galácticos, otros más chamánicos, otros van a las profundidades, etc. Los sonidos recreados ayudarán a la persona a hacer el via­je y liberar, a sentirse mejor, más tranquila. Es como un viaje iniciático para ir al encuentro con ellas mismas.

Además de un apoyo sonoro, también realizo una co­nexión con geometría sagrada y cristales maestros am­pliando aún más el campo de acción. Esta tecnología ha sido canalizada y desarrollada para fines terapéuticos más precisos, es decir, cuando una persona o un grupo desean tratar situaciones muy específicas de liberación de karma, patrones adquiridos, conductas, vicios, traumas, etc., es una herramienta terapéutica muy efectiva.

El viaje cósmico es un viaje liberador. Todos pensamos en el cosmos como un lugar por el que siempre de­seamos viajar, por donde queremos ser llevados hacia algún lugar maravilloso lleno de luz y donde podamos contemplar despreocupadamente los acontecimientos que suceden en las estrellas y las galaxias sintiéndo­nos parte de ellas. Este viaje nos permite liberarnos de nuestros miedos y conflictos con nosotros mismos, nos habla acerca del amor propio y nos invita a lanzarnos hacia nuestro camino de vida, empoderándonos para alcanzar nuestros objetivos y metas.

El viaje a Gaia nos muestra el camino de la reconcilia­ción con nuestro planeta, el amor hacia la tierra, el des­canso en ella. La tierra nos sostiene, nos cuida y nos da estabilidad. Mediante este viaje sonoro somos nutridos, sentimos la tranquilidad de estar protegidos y amados, nos ayuda a mejorar los ciclos de sueño y nos da estabilidad emocional. La tierra es la Pachamama, la cuidadora y la que nos proporciona protección y seguridad.

“Cuando limpiamos nuestros hogares del polvo y desinfectamos sentimos que nuestro espacio es más habitable, así sucede también con los espa­cios terapéuticos, pero además los limpiamos enigmáticamente para estén libres de ener­gías contaminadas. En un altar se ponen los elementos que ayudan a la limpieza y armonización del espacio de práctica, en él están las cosas que nos gustan y nos generan buenas vibraciones. Los kits que ofrezco traen siete elementos importan­tes que son la base de cualquier altar: una vela que representa la luz; un fajo de salvia y palo santo para sahumar; un cuenco de cerámica que porta agua; un cristal o piedra especial; una guía para el ritual y una pequeña cartilla que habla de las pro­piedades sanadoras de la piedra. Todo esto en una cajita que tiene un símbolo de geometría sagrada es su tapa y que es fácil de llevar en un bolso o una mochila, de ahí su nombre –Altar to go–, que se traduce como “Altar para llevar a todas partes”.

El viaje sonoro chamánico es para el buscador, para el que desea encontrar un propósito claro en su vida. Es un viaje muy interesante porque nos lleva por la selva y su vorágine, donde cualquier cosa puede suceder y hay que estar alerta. Nos muestra diferentes caminos o, también, lugares donde es necesario abrirse su propio camino. Nos ayuda a desarrollar la intuición, adquirir los talentos de algunas plantas o animales como el ace­cho y el sigilo y a aprovechar las oportunidades cuando escasean. Este viaje sonoro es muy recomendable para adquirir foco y concentración y para aprender a adap­tarnos a las circunstancias.

El viaje para el Alma es muy bello. Es un viaje para mirarnos al espejo, reconocer nuestra esencia, el lado más espiritual donde podemos conectarnos con nues­tros ángeles y guías, donde podremos reconocer el ori­gen de nuestra alma y recibir los mensajes y los re­galos que nos tiene preparado el universo. Es para el despertar espiritual y para crear un vínculo directo con el creador de todo lo que es. En este viaje solo utilizo instrumentos de la más alta vibración por lo que los so­nidos son únicos y maravillosos.

Todos mis viajes están acompañados por cantos an­cestrales, celestiales, tribales y angelicales, un don que la divinidad me ha dado para ponerlo al servicio de la humanidad.

La voz es el instrumento por excelencia, es la manifes­tación de nuestra propia vibración, el sonido manifes­tado de lo que sentimos y pensamos. La voz comunica y expresa desde una sonrisa hasta un cántico y está sujeta a cambios continuamente dependiendo del cli­ma, el descanso y estado de ánimo, las hormonas, la alimentación, etc., por lo cual también es el instrumento más versátil. Cuando yo realizo mis mandalas de voz durante las sesiones terapéuticas, utilizo todas las po­sibilidades vocales para crear espacios y efectos sono­ros que ayuden a sostener y elevar las frecuencias de la persona tratada. La voz es el instrumento más sanador y todos deberíamos utilizarla con ese fin.

Ener­gy Healing es una tecnología aplicada a la sanación mediante técnicas terapéuticas en las que se incluyen frecuencias de sonido, cuarzos, geometría sagrada y energías de alta vibración. Las ac­tivaciones se realizan mediante una puesta a punto de estas fuen­tes de energía sintoni­zando, sincronizando y creando un espacio adecuado para recibir el reequilibrio energé­tico que se produce en el cuerpo, los centros energéticos o el alma. Es una práctica muy especial porque al activar Biofractal nos encontramos inmer­sos en frecuencias armonizantes con una información específica que apoyan la sana­ción de enfermedades o traumas a diferentes niveles.

Lo importante es sentirse cómodo. Recomiendo llevar ropa holgada, una esterilla de yoga para tumbarse, un pe­queño cojín para la cabeza, manta y una venda o antifaz. También un aceite esencial de uso moderado que ayude a relajar la mente, el cuerpo y la respiración.

En cuanto a la actitud, siempre es importante. Reco­miendo antes de comenzar una sesión tener una actitud de apertura, de calma, de recibir el sonido como un regalo porque es un regalo, un gran privilegio poder oír, y sen­tir las vibraciones de los instrumentos. Así que una buena actitud nos permite también sentirnos merecedores de lo que está por suceder.

En mis sesiones, siempre comienzo con una toma de con­ciencia de la respiración con inhalaciones y exhalaciones profundas para ayudar al grupo a que esté presente y sea el hilo conductor hacia un estado de relajación profunda. Durante la sesión pueden ocurrir cosas inesperadas, por ejemplo, que las personas se queden dormidas y la respi­ración se escuche pesada; otras personas pueden experi­mentar espasmos y algunas otras respirarán rápido como si estuvieran hiperventilando.

En cuanto al movimiento, lo ideal es que estén lo su­ficientemente cómodas para no moverse, pero hay per­sonas que no pueden permanecer mucho tiempo en una posición por dolores crónicos, entonces invito a que ten­gan total libertad para cambiar de posición si lo desean. La posición fetal siempre es recomendada o cualquier posi­ción que genere comodidad. Durante el viaje también hay movimientos involuntarios, como espasmos musculares, esto sucede por la liberación de cargas eléctricas y tensio­nes físicas. También hay gente que experimenta ingravidez e inconscientemente eleva los brazos o entra en un estado REM donde hay movimientos oculares involuntario. En este estado es donde hay un reset en el cerebro que genera un descanso real.

Un Baño de Gong es una práctica sonoterapéutica con la que se pretende alcanzar un estado de profunda relajación a través de la inmersión completa en el los sonido del gong. Así, conseguiremos librarnos de pensamientos y emocio­nes bloqueadas generando una sanación de nuestro cuer­po físico, mental, emocional. Las ondas que se producen al tocar el gong ayudan a liberar la tensión del estrés co­tidiano. Por esto es importante escuchar y sentir la vibra­ción de este instrumento, para restablecer el equilibrio. Se denomina Baño de Gong porque nos da una sensación de ser bañados con sonidos armonizadores que penetran las diferentes capas del cuerpo.

Lo más recomendable es que si no se conocen técnicas para relajar el cuerpo y la mente o conectar con las emo­ciones a niveles más profundos, lo mejor es asistir a se­siones de sonoterapia de forma periódica donde se puede encontrar el espacio ideal para relajarse y entrar en silen­cio. También es bueno adquirir alguna herramienta sono­terapéutica para que ayude a encontrar el equilibrio (po­dría ser un cuenco tibetano por la facilidad de trasportarlo y tenerlo en la zona de trabajo).

El oráculo sonoro es otra de mis creaciones. Se trata de una lectura con cartas de los arquetipos de diosas que representan la energía femenina en diferentes tradicio­nes del mundo. Las mujeres siempre han sido grandes maestras y han jugado un papel decisivo para los mo­mentos de cambio y transformación de la humanidad. Históricamente, han sido veneradas o veladas y oprimi­das, pero es importante resaltar que en lo femenino está la gran sabiduría de la vida y del amor. La Luna, además, juega un papel importante en las lecturas porque duran­te los ciclos lunares también hay cambios de fases en la energía que llega a la tierra y están directamente relacio­nados con el clima, las mareas y eventos naturales. Es por ello que se toman estos ciclos aptos para las lecturas, ya que se está actuando acorde a los cambios y movi­mientos asociados con nuestra psique.

Para hacer una lectura de oráculo previamente llevo a las personas a un estado meditativo, casi hipnótico, mediante mis instrumentos. De este modo, las preparo para que estén abiertas a escuchar los mensajes que les traen las cartas.

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Español. Licenciado en Ciencias de la Información, Universidad de Navarra y en Periodismo, Universidad Complutense de Madrid. Experto en temáticas de diversa índole. Subdirector y secretario del Consejo Editorial, responsable de cierre y publicaciones (versiones digitales e impresas de Cambio16 y Energía16, y de la revista Cambio Financiero). Con amplia experiencia en el periodismo de investigación. Fundador y director del Diario de Andalucía y director de Cuadernos para el Diálogo (segunda época). Autor del libro El sindicato clandestino de la Guardia Civil, Serie Reporter, Ediciones B, Grupo Z. Membresía: Asociación de Revistas ARI, Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía, Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) y Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).

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