Muchas veces ciertos (pequeños) desperfectos pueden echar años encima a una casa, aunque la decoración de interiores esté perfecta y no haya nada fuera de su sitio. Por eso, es importante prestar atención a grietas en la pared, puertas que no cierran o grifos que gotean y poner remedio cuanto antes. Estas ideas prácticas te ayudarán a solventar esas pequeñas reparaciones, seas o no mañoso, para que no tengas que avisar a un profesional ni gastar de más sin necesidad. Para ponértelo fácil, hemos seleccionado 10 de las cosas que más suelen romperse o deteriorarse en una vivienda con sus 10 soluciones. ¡Saca al manitas que hay en ti!

No son solo un problema de las casas antiguas, ya que también pueden aparecer durante los 10 primeros años en viviendas de nueva construcción, debido al asentamiento del propio edificio. Normalmente son pequeñas fisuras que tienen un fácil arreglo y solo debes preocuparte si cruzan toda la pared, tienen el ancho del tamaño de un lápiz o tienen orientación diagonal respecto al suelo y forma de escalera, casos en los que es conveniente que llames a un profesional. Para el resto, ensancha la grieta para poder trabajar en ella, rellena con masilla (hay algunas que contienen fibra de vidrio), aplica emplaste (el Aquaplast de siempre) y deja secar 24 horas. Transcurrido este tiempo, lija para igualar y pinta. Este truco también puede ser muy útil si quieres esconder los cables de la televisión dentro de la pared.

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Por el uso o porque los años no perdonan, puede ser que una de las puertas de tus armarios de cocina se descuelgue y para cerrarla tengas que subirla y encajarla bien. Arreglarla y dejarla como nueva es tan rápido y sencillo que te preguntarás porqué no lo has hecho antes. Lo primero que tienes que realizar, una vez has escogido el destornillador que se ajusta a los tornillos de las bisagras, es abrir la puerta, sujetarla con la mano y apretar. Cinco minutos, posiblemente hayas tardado más en buscar el destornillador en la caja de herramientas.

Puede ser que ocurra porque se ha hinchado por la humedad o porque se han desajustado las bisagras. En el primer caso, la cosa es algo más complicada, aunque no mucho, ya que debes colocar un papel de lija por debajo de la puerta de extremo a extremo, sujeto para que no se mueva (la cinta de carrocero es una buena opción en suelos de madera) y cierres y abras varias veces hasta que notes que ya no roza. El segundo es coser y cantar, aprieta los tornillos o sustitúyelos por unos más largos, si ya no agarran.

Aunque el mármol es un material resistente y duradero, puede ser que un objeto como un frasco de perfume o una taza haga un pequeño agujero en el suelo o la encimera. No entres en pánico porque tiene fácil solución. Compra un reparador especial para mármol: un producto que incluye polvo blanco de mármol y resina y dos colorantes (ocre y negro) para mezclar y conseguir una tonalidad determinada según la superficie a reparar. Prepara una masa, más o menos densa, según el daño y la profundidad. Retira el sobrante cuando empiece a endurecer con un paño humedecido en acetona y finalmente lija e iguala. Este reparador puede usarse también para pegar dos trozos que se han partido o para recubrir una superficie irregular.

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Es una de las roturas más habituales, especialmente si tienen unos años, para la que no sueles encontrar un fontanero que quiera hacer ese pequeño trabajo. Antes de ponerte manos a la obra, corta el agua para evitar sustos y acabar empapado. A continuación, con la ayuda de una llave inglesa desmonta los latiguillos (los tubos que conectan con las tomas) del agua fría y caliente y el tornillo de sujeción. Quita el grifo, coloca el modelo nuevo y ajusta. Comprueba que todo funciona, si no es así, repite con cuidado la operación, ya que has hecho algo mal.

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Normalmente empieza a levantarse por las esquinas. Por eso, si no quieres que vaya ganando terreno y siga despegándose poco a poco, es cuestión de días que esto pase, lo mejor es ponerle solución cuanto antes. Aplica cola vinílica con un pincel para no pasarte y listo. Si aún así te has excedido con el pegamento, retira el sobrante con una esponja húmeda.

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Desde que niños y mayores han tomado la mesa de comedor, los arañazos se han vuelto algo habitual y te has dado cuenta demasiado tarde de la necesidad de colocar un mantel vinílico. En función del tipo de rozadura, la profundidad y la amplitud de la zona, deberás usar un producto u otro. Así, hay rotuladores reparadores en diferentes tonos, para arañazos superficiales, o cera para emplastecer madera, perfecta para desperfectos mayores. Basta con aplicarla con una bayeta de microfibra o una brocha. Esperar 15 minutos y abrillantar con un trapo limpio que no suelte pelusa. Para que quede bien disimulado elige bien el tono: está disponible en sapeli, cerezo, nogal, pino…

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Si quieres dar un nuevo aire a tu cocina o simplemente tus muebles han conocido tiempos mejores y ahora están algo deslucidos, nada mejor que pintarlos. Puedes apostar por el blanco o arriesgar con colores que ahora son tendencia de decoración (el negro y el verde ha conquistado esta estancia). Puedes seguir el método tradicional, aplicando dos manos de imprimación y dos capas de pintura, lijando suavemente entre ambas o directamente elegir una pintura que no necesita imprimación que te permita saltarte ese paso y te haga la vida más fácil. Las encuentras en cualquier centro de bricolaje.

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Es uno de esos detalles con los que convives sin darte cuenta que, sin embargo, tienen fácil solución. Para ello, basta con apretar los tornillos. Si están ocultos bajo el embellecedor, tendrás que desmontarlo. Busca en la manilla una pieza pequeña que sobresale, presiónala con la punta de un destornillador, tira del pomo y quítalo, el embellecedor saldrá. Aprieta los tornillos y vuelve a dejar todo como estaba. 10 minutos, incluso si no eres muy mañoso.

Del uso suele ser habitual que la cuerda de la persiana se desgaste y necesites cambiarla. Lo primero que tienes que hacer, además de armarte de paciencia, es desmontar la tapa del tambor y el tirador que va a la pared. La correa suele ir atornillada a la rueda superior y al tensor del tirador. Fíjate cómo va, para luego colocarla igual. Después sustituye la vieja por la nueva y monta. Si te queda alguna duda, siempre te quedará YouTube o pagar unos 60 € al técnico que venga a sustituirla. Aprovecha para aislarla bien. Para ello, abre el cajón donde se aloja, instala una lámina de aislamiento, que puedes comprar en cualquier centro de bricolaje, y ‘voilà’. Con esta operación sencilla reducirás el consumo energético sin darte cuenta.

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